martes, 30 de junio de 2009

Alegría.

Alegría porque el jardín se está recomponiendo, aunque quedó desnudo de rosas después de las lluvias torrenciales del mes de junio.

Las hortensias florecen de nuevo, no tan exuberantes como en los años de clima más benigno y menos errático. Aún así son siempre de una gran belleza.

Hortensias.

Los rosales están brotando con fuerza: Cressida no me defraudó, tiene 5 brotes basales de unos 25 cm, todos sanos y vigorosos.

Me gustaría entender por qué algunos rosales que llevan cinco años comportándose de una determinada forma - me refiero al crecimiento y desarrollo de sus ramas, que era siempre armonioso – esta temporada se comportan de modo completamente diferente aunque no hice ningún cambio en los cuidados habituales. Me ha ocurrido con Heritage y Luceta, que lanzan ramas de dos metros de alto con flores más pequeñas que en años anteriores.

En conjunto los rosales no están débiles, no tienen pulgón, apenas alguno que otro tiene alguna hoja amarillenta. Incluso Baron Girod de l'Ain, a pesar de los roedores que hacen sus caminos bajo de sus raíces, está frondoso.

Rosal de Kördes.

Así que, a pesar de las contrariedades, siempre hay algo agradable para contemplar.

Pero lo más importante para mi es la sensación y el sentimiento físico de bienestar que produce el trabajo del jardín.

2 comentarios:

  1. Holaaa, Maruxa :)

    Lo que comentas de rosales que, de repente, se disparan, me sucedió el año pasado con Sally Holmes. Lo que hice fue dejar que floreciera la rama (para qué perder el ramillete ji ji ji), y, rápidamente, cortar las ramas al nivel de las otras. Fue intuitivamente, pero luego he leído que es lo mejor.

    Las hortensias son unas de las plantas más agradecidas que cultivamos en Galicia. No me digas que no parecen tropicales, con toda esa exhuberancia de follaje y flor!!!.

    Tu invitado de la última foto está chulísimo.

    Bicos.

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  2. posiblemente el agua tenga algo que ver

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