Ayer al atardecer tuve un encuentro con una hermosa pareja de tórtolas, que en gallego llamamos “rulas”. Hacía años que no nos visitaban; por unos momentos volví a mi infancia y le canté a mi hija, que me acompañaba, la cuadra que mi abuela cantaría con su voz grave y seria:
A rula que enviudou,
xurou de non ser casada,
non por pé en ramo verde,
nin beber da auga clara.
Con la emoción de este recuerdo os ofrezco algunas imágenes de antes de las últimas lluvias.