Meg - Gosset 1954 - es un trepador no demasiado vigoroso, las flores tienen un hermoso color melocotón y pocos pétalos, aunque muy bien dispuestos. Creí que sería perfecta para cubrir un pequeño arco... y me equivoqué pues no admite que la sujeten: si no la atas el viento la desgaja y si lo haces se niega a florecer.
Dicen que queda ideal plantada de modo que pueda crecer sobre un seto, pero me enteré tarde, y ahora me da pereza trasplantarla. Le estoy dando riegos abundantes y abono orgánico en pequeñas cantidades cada 15 días más o menos. Le pongo las ataduras flojillas, si el viento fuerte le hace algún rasguño le hago curas con tierra húmeda y le envuelvo la herida con tela blanca usada, nunca nueva. No me preguntéis el porqué de la tierra y la tela blanca usada, mi abuela lo hacia así en los frutales muy jóvenes cuando algo los lastimaba y siempre sanaban de sus heridas, con Meg ya lo hice dos veces y con buen resultado. Con tantos mimos espero que se muestre agradecida y florezca un poco más alegremente.
Cressida, de David Austin, 1983, puede alcanzar 1,80 de altura. La planté en el mismo arco que Meg, una a cada lado y bien separadas. Realmente da la sensación de timidez, parece que se esconde. Posiblemente es de desarrollo más lento en los primeros años y puede que no le haya gustado la proximidad de Meg, que debe de ser bastante golosa.
En vista de la situación decidí cavar una zanja rectangular, de 1 metro por 60 cm y 80 cm. de profundidad, que convertí en una especie de caja aislando los laterales con una tela asfáltica. La rellené con una mezcla de buena tierra y abono maduro y la recubrí con una capa de estiércol recogido en un pastizal del monte. Tenemos la suerte que aún hay algunas vacas y algún caballo sueltos, llevamos un capacho y una pequeña azada, damos un bonito paseo, y el resultado de este abonado es muy efectivo, llevo tiempo haciéndolo con muy buen resultado - que no os dé reparo.
Cressida lo agradeció con unas magnificas rosas por primera vez en dos años. Ahora confío en que después de esta floración se decida a crecer unos buenos centímetros.
Me gustaría compartir con todas las personas que aman las rosas la belleza que tiene el jardín en esta primavera, un poco inestable pero siempre con una maravillosa luz.