Cuando se empieza a planificar un jardín es bueno tener algunas dudas..... así intentarás informarte viendo revistas, leyendo manuales, preguntando, etc. Aun así luego te equivocarás muchas veces. Quizá por esa razón crear un jardín es tan entretenido.
¿Por qué me parece aconsejable plantar en tiestos? Porque así podrás saber con más seguridad si el lugar que has escogido es el más adecuado, y tendrás tiempo para observar como juega la luz a las distintas horas del día con tu terreno, algo muy importante para que los colores de las flores ofrezcan su máximo brillo.
De este modo podrás escoger con calma la mejor situación, dentro de las posibilidades de cada jardín. Donde haya más luz pondrás los rojos luminosos - y cuidado con los rojos de tonalidad muy oscura, que plantados a pleno sol, la flor se agosta muy pronto. En las zonas de menos luminosidad se deben situar los rosales de color blanco o de tonos muy pálidos.
Los tiestos de plástico son los más adecuados, porque al tener más agujeros en la base drenan mejor el agua y a los rosales no les convine el encharcamiento, aunque tampoco pasar sed.
Conviene tener buena tierra preparada; la “tierra de huerta” es perfecta, conviene que haya sido trabajada y abonada últimamente. Si no se dispone de tierra de buena calidad es aconsejable comprarla en sacos, y en esto no compensa ahorrar, porque la tierra barata da un pésimo resultado.
Plantar en tiestos es muy sencillo: la base del tiesto se rellena con unos 3 o 4 cm de pequeñas piedras, trozos de tiestos rotos, o arena gruesa mezclada con grava. A continuación se cubre ese drenaje con la tierra a la que se le habrá añadido un poco de abono orgánico maduro, ya que si es abono fresco puede transmitir enfermedades. Si no se dispone de este abono en cualquier vivero se puede adquirir abono orgánico envasado.
Además habrá que comprar algún abono químico apropiado para rosales, y respetar la dosis recomendada. Éste se añadirá a la tierra teniendo cuidado de que no entre en contacto directo con las raíces.
Antes de plantar siempre se debe hacer una revisión de raíces y ramas: las raíces se recortarán unos pocos centímetros y se eliminará cualquier trozo que esté lastimado. A las ramas se les pueden refrescar los cortes, ya que no siempre vienen del vivero, quizá por la prisa del trabajo, con una poda perfecta. Se dejan las ramas más fuertes y sanas; para los trepadores tres me parecen suficientes y si son rosales arbustivos pueden tener hasta cinco. Los cortes siempre se hacen por encima de una yema que mire al exterior, así las ramas, al desarrollarse, no impedirán que el aire y la luz refresquen e iluminen el interior del rosal.
Se coloca la planta en el tiesto y se rellena totalmente con la tierra sin mezcla de abono, teniendo cuidado de que el nudo del injerto quede dos o tres cm. por debajo del borde de la maceta. A continuación se riega, se espera unos minutos y se aprieta la tierra con el puño cerrado para que no quede ninguna bolsa de aire. Si es necesario habrá que añadir más tierra, la suficiente para que el injerto quede cubierto y a la vez el borde del tiesto cree una cubeta de dos o tres cm. que nos permitirá regar con comodidad.
El primer año habrá que estar especialmente atentos al riego para que la tierra no se seque demasiado. En verano, en los días muy calurosos, conviene regar por la mañana y por la noche. Hoy es un problema menor pues un pequeño programador colocado en un grifo hará, con un gasto mínimo, un riego perfecto.
El trabajo del jardín tiene muchas compensaciones y quizá la más estimulante sea la expectativa de la floración de nuevos ejemplares. Este año me hicieron un regalo: 14 rosales de David Austin, una docena de ejemplares de
The Alnwick Rose y un par de
Sister Elizabeth. Las planté hace pocos días, así que tendremos que esperar un poco para disfrutar de sus flores.
El tiempo continua frío y desapacibl; aún así algún tulipán empieza a florecer, lo que indica que la primavera se acerca.
Feliz primavera para todos.