martes, 7 de febrero de 2017

Febrerillo loco.


Fue un extraño enero, seco y frío. Aunque, por un raro fenómeno, en esta media montaña de Galicia las temperaturas fueron mucho más benignas que en otras zonas del país.

Ahora han llegado las lluvias que tanto se habían retrasado, y como pasa tantas veces, parece que quieren recuperar el tiempo perdido. Por unos largos días poco se podrá hacer en el jardín. Solo rastrillar las ramas caídas para dejar despejado el paso a la casa.


Y a mí me entra - como dicen en mi tierra - "um nervoso miudinho". Todos los días me asomo al balcón para saludar al jardín y - casi como una patología que sufro todos los finales de enero - empiezo a apuntar lo que me parecen grandes errores en su concepción.

Si empezara de nuevo lo haría, al menos, más fácil de mantener. ¡Pero de lo que estoy plenamente segura es de que no me divertiría más!

Recuerdo hoy a un queridísimo amigo, Agapito de la casa del Maeso, que tantas visitas nos hacía ya que era de las pocas personas que, en aquellos difíciles tiempos de la posguerra, tenía coche y - como era una buenísima persona - se encargaba de traer los enfermos al médico cuando tenían alguna urgencia. Cuántas veces me dijo: “¿Pero cómo es posible que te encuentre siempre llena de tierra?”.

La verdad es que todos los momentos que podía - y que me dejaban libres los muchos quehaceres de mi casa - los dedicaba a la creación del jardín.

Los jardines son los retratos de sus dueños, afirman muchos jardineros. ¡Si es así me temo que algunos jardines pueden ser bien indiscretos!

Hablarán de desorganización, prisas excesivas, horror vacuo… y una puntita de soberbia imperdonable e irremediable.

También podrán hablar de esfuerzo, persistencia y entusiasmos... muchas veces desmedidos.

Y también algo tendrán que transmitir de frustraciones y fracasos.

Estamos entrando en febrero. ¡Y llegaron las tormentas!!! Os dejo algunas fotos para recordar el paso del temporal. Aún tenemos “chuviscos e salpicos” de luz plateada que nos avisan que estamos en “febrerillo loco”.