Magda Rodenas en su libro Mis flores y mi jardín llama al cottage garden el "jardín sin reglas” y dice:
“Hemos dicho que el cottage garden es el jardín sin reglas. Seria más exacto decir que es jardín contra toda regla. Aquí las plantaciones se amontonan y se entremezclan, las ramas se entrecruzan, la tierra es una lucha de raíces. Aquí los amarillos son vecinos de los anaranjados, los rojos florecen junto a los morados. Aquí crecen los antirrinos y las salvias al borde de las veredas y se ven espuelas entre los iris. Aquí, en el cottage garden, nacen y crecen, a su antojo caléndulas, espuelas y antirrinos alejados ya de los tipos de jardinería y narcisos y tulipanes degenerados. Y, sin embargo, estos jardines son bellos y acogedores. No son para ser contemplados y admirados en su conjunto, sino para ser recorridos lentamente y vistos en detalle.”
Este fue en principio mi jardín soñado. Nunca lo pude conseguir, me lo impidieron las babosas, los caracoles, los pájaros, los roedores y ciertamente también mi ignorancia.
A pesar de todas esas dificultades en algún aspecto debí acercarme, pues no me gusta abarcar el jardín con una mirada - siempre encuentro algo que me agrada menos - puede ser un volumen o un color. Me parece mucho más bello y entrañable si lo recorro lentamente dándole a cada planta y a cada flor un tiempo.
Las fotos las hizo un amigo que se lamenta por no conseguir captar la magia de la luz de la tarde. A mi me parecen hermosas, y se lo agradezco.
Muchas gracias.
domingo, 12 de julio de 2009
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