Agosto se fue dejando el jardín bien "agostado". Algunos rosales no resistieron los 42 grados centígrados a los que llegamos algunas tardes. Solo las dalias parecieron alegrarse con las altas temperaturas, el resto de las plantas tuvieron muchos problemas. Incluso empecé a sufrir de “desamor” por el jardín al tener que enfrentarme a tantos problemas y dificultades.
Algunas variedades de rosas superaron los calores mejor que otras. Con poco riego las viejas rosas Gálicas, más que centenarias, aguantaron valientemente.
Las Rugosas tampoco sufrieron demasiado. Hansa ya está floreciendo nuevamente, es un rosal que se desarrolla fácilmente sin cuidados especiales, no necesita ser podado, solo retirarle las ramas secas y alguna demasiado envejecida. Aunque no florece de forma exuberante, casi todo el año - aún en los días más fríos - nos regala alguna perfumada rosa.
Los rosales de floración única aguantaron razonablemente bien con los cuidados habituales: el abonado de primavera y un riego en profundidad dos veces a la semana. En los días de temperaturas altísimas les refrescábamos el follaje al atardecer.
Los híbridos de té quedaron desnudos de hojas, con un aspecto rígido, sin gracia, como si el sol abrasador los hubiera congelado.
Y a todos los demás - me refiero a los rosales de Austin, Peter Beales, Barni y Kordes - para intentar salvarlos les dimos los cuidados que podíamos y sabíamos: los acolchamos con algo de compost no demasiado hecho, casi todo hojas del invierno pasado y los regamos todos los días, por la mañana temprano y a la caída del sol hasta la noche cerrada ¡los días de más calor llegamos a utilizar cuatro mangueras al mismo tiempo!
Como contrapunto los rosales plantados en tiestos, que situamos a media sombra están repitiendo floración con normalidad. De entre ellos destaco a Reina de Suecia, que me regalaron hace poco tiempo, lo trasplanté a un tiesto alto y estrechó y hoy lo considero una joya del jardín, tal es la belleza y delicadeza de su colorido, entre blanco y rosado con reflejos nacarados. Gracias Pepa y Antonio, sois un encanto.
Tras un recorrido con calma observando con atención el cambio en el aspecto de las plantas, en especial de los rosales, pienso: ¡cuánta razón tenía André Eve cuando afirmaba “los rosales no quieren estar solos”! Los que están rodeados de vivaces se defendieron mucho mejor del exceso de calor.
Ahora ya tenemos temperaturas frescas y agua suficiente. Solo dos días de lloviznas y algún aguacero fuerte fueron suficientes para suavizar el entorno, decididamente a la Galicia profunda el mes de agosto no la favorece (opinión de jardinera poco hábil).
Después de la debacle del verano pienso que nuestros viveros tendrían que promocionar las plantas que se adaptan mejor a nuestro clima tan cambiante. Aunque el problema no es sólo nuestro, últimamente algunos jardineros franceses también se lamentan del mismo fallo: muchas de las plantas que se adquieren en los viveros se importan desde zonas y climas lejanos, y no se adaptan a ser plantadas en condiciones muy distintas.
Es difícil aclimatar plantas procedentes de otras regiones: tras cuatro largos años de adaptación por fin están floreciendo maravillosamente unas anémonas - hermosas y suavemente perfumadas - que vinieron de Barcelona. Están multiplicándose y cada verano su floración es más copiosa. Le doy una vez más las gracias a Pep por su bonito gesto al enviármelas.
Si el otoño viene apacible el jardín y yo nos reconciliaremos. Un afectuoso saludo.
Malgrado il caldo hai delle fioriture bellissime, soprattutto le rose, complimenti!!
ResponderEliminarUn buona domenica!
Gracias.
EliminarUn afectuoso saludo.
q bonitos, el reina de suecia espectacular esa foto. PARABENS como decis en tu pais.saludos
ResponderEliminarLos míos también sufrieron tanto calor y eso que están acostumbrados, pero este verano fue demasiado y como me gusta tener muchas flores que no son de estos clima... creo que se perderán algunas, ya te contaré. Un beso fuerte.
ResponderEliminarAs suas flores e plantas são lindas;
ResponderEliminarAmei as rosas;
Prazer em conhecer seu jardim.
janicce.
Mario, Teresa, Casa Madeira.
ResponderEliminarMe gustaría agradecer a los tres directamente; no lo conseguí.
Así que a los tres : muchas gracias e também muito obrigada.
Un abrazo.
A veces tb he sentido ese desánimo. Pero luego llega Marzo...
ResponderEliminarSi tengo que elegir, hoy me quedo con esas anémonas tan preciosas. Un beso.
Este verano ha sido muy caluroso, ahora tendremos que esperar a que refresque el otoño.
ResponderEliminarUn beso
Qué cierto es lo que dices del verano. Si tengo que ser franca diría que es tal el calor en mi jardín y tantos los estragos que produce en él que ...sí, llego a perder parte de mi afición y mi amor por las plantas. Me desanimo, veo el verano como una ola arrasadora que da al traste con todo y que castiga cruelmente las plantas, sobretodo los rosales. Verlos tan quemados, tan pelados, tan sin fuerzas para brotar...me entra un abatimiento horrible. Sí!!
ResponderEliminarSon tan bellas las rosas........
ResponderEliminarQue aún peladas tenemos que amarlas.
Un abrazo.