![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFQtEGWDZg4HkaJqS1QJxPcyraW8mmiOeTH_oVit3BUJsbvEtGdGQ1h27IJnJO_NmxUYTOO17Hvil1PXP4SQ6WsQAl7JIzrJRG9h9lLfk_UTsXsSdDbXuW98hduu2Lqz977Hy9QTKWbEE/s400/L1060509.jpg)
Querom´ire, querom´ire!
Para donde no-no sei.
No puedo saber en qué momento de su vida, o con qué emociones, Rosalía de Castro escribió estos versos (Obras completas. pág. 362). Sí sé que en estos días de prueba no alcanzo a describir lo que siento. Quisiera irme de este lugar tan querido y no asistir a la llegada de los Orcos, esos seres horripilantes que todo lo talan y tanto destruyen. Aunque ellos son unos mandados, porque aquí no hay ningún Saurón, sólo un mal gobierno formado por dirigentes ineptos, sin sensibilidad y con muy poca visión de futuro a los que se les llena la boca con la palabra Progreso.
El progreso no radica en anchas y rectas carreteras, si así fuera sería fácil progresar.
El progreso es conocimiento, es cultura y es respeto. Respeto por todos los seres vivos y por todas las cosas. Respeto por los trabajos ejecutados con esfuerzo, como por ejemplo los viejos muros, centenarios varias veces, los vieiros, los viejos caminos que hacen las aldeas cómodas y vivibles aún en estos tiempos.
Para donde no-no sei.
No puedo saber en qué momento de su vida, o con qué emociones, Rosalía de Castro escribió estos versos (Obras completas. pág. 362). Sí sé que en estos días de prueba no alcanzo a describir lo que siento. Quisiera irme de este lugar tan querido y no asistir a la llegada de los Orcos, esos seres horripilantes que todo lo talan y tanto destruyen. Aunque ellos son unos mandados, porque aquí no hay ningún Saurón, sólo un mal gobierno formado por dirigentes ineptos, sin sensibilidad y con muy poca visión de futuro a los que se les llena la boca con la palabra Progreso.
El progreso no radica en anchas y rectas carreteras, si así fuera sería fácil progresar.
El progreso es conocimiento, es cultura y es respeto. Respeto por todos los seres vivos y por todas las cosas. Respeto por los trabajos ejecutados con esfuerzo, como por ejemplo los viejos muros, centenarios varias veces, los vieiros, los viejos caminos que hacen las aldeas cómodas y vivibles aún en estos tiempos.
Lo que se destruye no es sólo el nuevo trazado de la carretera, que a pesar de nuestra lucha es ya irremediable, sino que también los viejos robles que se encuentran cerca son talados sin reparos. Los monstruosos tractores avanzan por caminos que nada tienen a ver con la carretera y lo arrasan todo a su paso. ¿A quién le importa?
Con estas fotos podéis entender lo que nos está sucediendo:
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¿Dónde están los servicios de vigilancia del medio ambiente? No están, no actúan. No existen.
El jardín se repone de las fuertes lluvias de junio, vuelven los capullos a crecer con fuerza. Quiero alegrarme y no puedo, lo impide el ruido de las motosierras y los terribles golpes de los árboles al caer. Ahora entiendo mejor la vieja frase que a veces usaba mi abuela al referirse a la súbita muerte de alguien: “Caíu coma un Carballo”.
Es un siniestro ruido, podéis creeerme, así que:
Querom´ire, querom´ire…………