sábado, 17 de enero de 2009

1. Preparación de los agujeros.


Mata de 3 plantas de Gertrude Jekill en su segundo año.

En mi jardín, debido a la poca profundidad de la capa fértil, lo más importante es el tamaño del agujero en el que se va a plantar el rosal. Nunca es demasiado grande. Supongamos que hemos podido hacer un agujero de 1 metro por 1 metro, que son los que a mi me dan sin duda el mejor resultado. Es un trabajo duro, ¡pero ahora hay unas mini excavadoras que los abren en un momento! Nosotros siempre los hicimos a mano; me gusta ese trabajo.

El primer cuidado a tener cuando se comienza el trabajo es retirar y amontonar a un lado la primera capa de tierra, de más o menos 30-40 cm. de profundidad, que es la más fértil. La segunda capa, otros 30-40 cm., será tierra menos rica en nutrientes, que se separa en un montón diferente. La tercera capa será tierra muy pobre, que debe simplemente removerse con la horquilla y dejarse en el fondo mezclada con piedras menudas y tejas partidas o restos de tiestos para hacer un buen drenaje. Dicen todos los textos que a los rosales no les gusta el agua encharcada aunque, como siempre, hay excepciones: tengo una mata de Cornelia muy cerca del estanque que está espléndida a pesar de que le pasa al lado un hilito de agua y está siempre húmeda y de que la planté el pasado año de un esqueje que había enraizado unos meses antes.

Cornelia

Una vez terminado el agujero tiene que ser muy bien "amueblado", que es un termino que usan algunos Maestros de jardinería y tienen toda la razón. ¡Una casa con los muebles bien distribuidos en los espacios disponibles será más cómoda y ciertamente más harmoniosa! A los rosales, como a las personas, les gusta tener espacio libre para no estorbarse entre ellos, aunque en mi experiencia debo decir que hay algunas excepciones que pueden convivir en suelo pobre y bastante agrupados.

Continuemos nuestra lección: todos los buenos libros que pude leer, la mayoría de ellos de Maestros ingleses, y algunos de autores franceses, recomiendan colocar en el fondo del agujero harina de huesos y sangre seca. Yo no las he podido encontrar nunca en esta zona, así que utilizo huesos enteros, de los que encuentro por el monte o compro en las carnicerías. Además, siguiendo una antigua costumbre de los hortelanos, entierro restos de lana - sean prendas viejas o restos de lana de tejer - y trozos de cuero (aprovechen los zapatos viejos). La razón de esto no la conozco pero parece ser que, al igual que la harina de huesos, van liberando lentamente sales minerales que a los rosales les convienen. A mí me funciona muy bien.

Por encima de estos "suplementos" ya podemos volver a introducir la tierra fértil, la del primer montón que habíamos reservado, mezclándola con una cantidad equivalente de compost a la que se le puede añadir 40 gramos de superfosfato de potasio. Seguramente esta mezcla no será suficiente para rellenar totalmente el agujero, ya que hemos retirado un montón de tierra pobre que continúa apartada y que será la que utilizaremos al final para terminar de rellenar el agujero.

Punto importante: a menos que se pueda comprar una mezcla de tierra y compost de muy buena calidad, que a menudo resulta difícil de encontrar y siempre muy cara, hay que preparar el compost. Yo no me complico mucho; a principios de noviembre amontono todos los restos de hojas de los árboles, los restos de césped y algunos periódicos (no revistas, que suelen tener tintes tóxicos). Compro abono de caballo y se lo echo por encima. Cubro con hojas para que no de mal olor, lo riego abundantemente y tapo todo con un plástico negro con algunos agujeros. En enero retiro el plástico y compro dos sacos de cal agrícola (Calfensa o similar), se lo añado y remuevo un poco, volviendo a cubrirlo. En el mes de abril estará listo, aunque para rellenar los agujeros de plantación prefiero utilizar siempre el compost más antiguo de que disponga, utilizando los restos del año anterior.

Además será necesario disponer de una pequeña cantidad de tierra de buena calidad, que no esté mezclada con ningún tipo de abono, con la cual recubriremos las raíces del rosal a fin de que no estén en contacto directo con el fertilizante, que resultaría perjudicial. Puede ser una buena tierra de huerta o alguna de las que se compran en sacos, de la mejor calidad posible.

En la siguiente entrada del blog hablaré de la manera de plantar el rosal y de rellenar el agujero.

4 comentarios:

  1. Es muy agradable leer estas líneas desde Madrid, casi se siente el olor de la tierra. Un par de preguntas. ¿En qué época se pueden abrir los agujeros? ¿Deben de abrirse mucho antes de plantar el rosal?

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  2. Sensata pregunta:
    Se pueden abrir los agujeros en cualquier época cuanto más tiempo esten abiertos mejor, yo los hago 15 días antes.

    Un beso.

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  3. Dice el "experto" que no hay caliza similar, hay CALFENSA.

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  4. Tiene razón el "experto" de Ana, la mejor caliza es CALFENSA.
    Besinos Chiti

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