“O toxo e pró monte as rosas pró adro”, frase de mi niñez que estos días vuelve a mi memoria con los aromas de la primavera.
El tojo, del que me contaban que en tiempos más antiguos se sembraba en el monte, en mi infancia ya se había comenzado a adaptar a nuestros montes y se resembraba solo, pero todavía era un bien muy preciado.
Entre todas las casas de la parroquia se sorteaban los “quiñóns”, sorteo que se aceptaba y respetaba escrupulosamente.
Solo era de recogida libre el tojo al que llamaban “arnal”, una variedad de espinas más grandes, que servía para encender el horno de piedra y también algunas veces para dárselo a comer a los caballos, creo que casi como una golosina para ellos.
Hoy el tojo (Ulex europaeus) se ha convertido el señor absoluto de nuestro monte: cuando está en flor parece un hermoso jardín, pero acércate y te prohibirá el paso. Solo podrás pasar si encuentras alguna trocha de las que aún usan los pocos animales que hay sueltos, vacas y algún caballo.
Hoy subiremos con las niñas buscando “pedras do trono”, piedras de cuarzo cristalizado, bellamente facetadas. Golpeándolas entre ellas producen pequeños chispazos y un olor muy especial… que a todos los niños de mi tiempo nos asombraba ya que nos decían que eran piedras que tenían “a forza do trono”. Mis nietas viven en una ciudad pero tienen la gran suerte de tener muy frecuente contacto con la vida de la aldea. Aunque la agricultura y el modo de vivir tradicional hayan cambiado mucho, algo resta para despertar en los niños la curiosidad y el respeto por los tiempos pasados.
Las primeras rosas de mi infancia de las que me enamoré para siempre fueron estas:
Se trata de una rosa Galica, eran las rosas que rodeaban nuestro panteón en el cementerio. Mi abuela las cuidaba porque con ellas honraba la memoria de sus amados “difuntiños”, palabra que me evocaba siempre a Dios y a un Paraíso que, cuando llegué a la escuela, pude ver representado en algún libro... ¡y que era como si un artista hubiera copiado lo que mi imaginación infantil había visitado ya muchas veces!
Tengo muchos años, pero nunca a lo largo de mi vida he perdido la certeza de que los niños pueden tener intuiciones que solo los conocimientos de algunos elegidos pueden captar.
Hoy conservo en el jardín varias matas de esos rosales; no piden cuidados y su floración es fugaz, hermosa y perfumadísima. Sus pétalos resultan ideales para mis popurris de flores secas y especias.
Esta primavera - como casi todas - está siendo inestable, el jardín nos proporciona dos o tres días de absoluta belleza y enseguida llega un fuerte chubasco acompañado de duro viento, y casi todas las rosas bajan la cabeza. La maravillosa mata del rosal Ispahan, que hace pocos días resplandecía con el brillo de sus flores, hoy me parecía que lloraba arrodillada, tenemos que intentar levantarla, alguien tendrá que ayudarme. Es un trabajo delicado y pinchoso...
Si vienen algunos días sin demasiada lluvia y buenas temperaturas el jardín recuperará su esplendor.
Un afectuoso saludo desde Galicia.
Lo que dices de los rosales es parecido a lo que viví yo cuando niña... eran los únicos que había por la aldea.. perfumaban muchísimo. Yo también los tengo hoy en el jardín.
ResponderEliminarTambién vives en Galicia?
ResponderEliminarYo nunca encontré esa Rosa en ningün otro lugar.
Un abrazo
Hola Maruxa, preciosas fotos. El Toxo cuando esta en flor es espectacular sin duda. Y que decir de tus flores todas son hermosas. La rosa Galica aquí crecía por todas partes formando parte de los cierres, hoy solo queda en mi jardín. Un besin enorme.
ResponderEliminarMe gustaría , Saber que diámetro tienen las tuyas,las nuestras tienen unos 5. Centímetros a veces nos mais más salen en grupos de dos, tres, y muchas veces una sola de una rama muy fina de 1 metro, más o menos de alto. Nunca conseguí que me la clasificaran.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas gracias
Mi querida Maruxa, que bello tienes todo.
ResponderEliminarEspectaculares imágenes de esas flores tan lindas. Besossss
Querida Candela
EliminarIntentaré vencer mi pereza y publicar fotos del jardín con más frecuencia y así podremos disfrutar las dos de nuestras amadas amigas - las flores-
Un gran abrazo.
Preciosas las clemátides. Tambien mi rosal Ispahan ha sufrido este año con los aguaceros y eso que quería dar lo mejor de sí. Un bico, Maruxa, gracias.
ResponderEliminarQuerida Maruxa, tienes un jardín tan maravilloso que me encanta. Cuando te leo es para mí un placer, esos recuerdos cuando hablas de Galicia, es como si estaría ahí. La rosa tengo una parecida, el perfume es el de mi niñez, el recuerdo de mi abuela... bueno el de la felicidad. Un abrazo fuerte Maruxa. Pd.¿ Quien te puede tener tirria a ti Maruxa, nadie. Te quiero aunque no te conozco.
ResponderEliminarQuerida Jardinera.
ResponderEliminarQue hermosa palabra.
En mi casa había por costumbre repetir una cuadra.
En la ventana soy dama
En la sala soy señora
En el jardín Jardinera
Y en el huerto labradora.
Y añadían : Así tienes que ser tú.
Y no por mal querer al contrario, me querían muchísimo, yo les contestaba que me quedaba con la Jardinería.......
Tirria me debe de tener el Facebook y en secreto te digo que tiene razón,yo me enfado muchas veces con sus tonterías.
Gracias por tu amabilidad,
.un abrazo
dan ganas de perderse entre tanta vegetación florida... enhorabuena por esas fotos y por esas flores Maruxa.
ResponderEliminarEl toxo forma parte del recuerdo de mi infancia... tambien sus pinchos jejeje
preciosa serie de fotos
ResponderEliminarme llaman la atencion las clematis que son preciosas
saludos