sábado, 30 de marzo de 2013

Jueves Santo.

La magia de las palabras. Hoy me viene a la memoria una preciosa frase de mi abuela: “Miña filliña, é Jueves Santo, non se pode cantar, está ‘el Señor bajo tierra”.

Estas palabras en castellano me transmitían un sentimiento de reverencia y amor; recuerdo con toda nitidez que daba vueltas, casi como en un baile, repitiendo “Está el Señor bajo tierra, está el Señor bajo tierra…” Y aún ahora al recordarlo siento como un remordimiento, pues yo sabía que lo que estaba haciendo no era correcto. Quizás en la transgresión radicaba la emoción: estaba "el Señor bajo tierra"... pero yo sabía que el domingo las campanas tocarían a Gloria.

 Masaccio. "Crocifissione" 1426, Polittico del Carmine di Pisa.

También me parecían mágicos los romances que me recitaba mi padre. El de Jueves Santo ya lo tengo algo olvidado:

Jueves santo, jueves santo,
tres días antes da Pascua,
cuando el redentor del mundo
a sus discípulos llamaba.
Los llamaba uno a uno,
par a par los ajuntaba,
desde que juntos los tenía,
cenas de gloria les daba.
¿Cual de vos discípulos míos,
morirá por mi mañana?
Se miraban unos a otros,
y ninguno decía nada.
Sólo fue san Juan Bautista,
predicador de montañas:
“Moriré por ti Señor,
antes hoy que mañana.”
Porque mañana era viernes,
cuando Jesús caminaba,
con una soguita al cuello
por donde los judíos tiraban.
Cada tirantazo que daban,
gotas de sangre caían.
Por el rastro de la sangre,
va la Virgen preguntando
“Por mi hijo, por mi hijo,
por mi hijo, mi amado.
No lo he visto, no lo he visto,
pero señales me han dado
que llevaba un pañuelito encarnado
de limpiar su santo rostro,
que lo tenía muy sudado”

No recuerdo el final - si es que lo tenía - pero no importaba: me parecía bellísimo. Y aún hoy me lo parece, a pesar de alguna palabra chirriante. Lo cierto es que mi padre había emigrado a Portugal a los once años y hablaba un buen portugués, un mal castellano y un hermoso gallego… por lo menos en mi recuerdo.

 Recuerdo también una oración de Viernes Santo, el “Padre nuestro pequeniño

Padre nuestro pequeniño, lévame por bo camiño.
Alá fun, alá cheguei, tres Marías atopei,
preguntando por Jesús.
Jesús estaba na cruz, cos peciños a sangrar,
chamando por Magdalena, que llos viñera alimpar.
“Non atentes Magdalena, non me vaias lastimar
que estas son '
las cinco llagas, que por vos he de pasar'.
A pequeniños e a grandiños, a todos ei de salvar”.

5 comentarios:

  1. Preciosos recuerdos, Maruxa.
    Un abrazo.

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  2. Precioso poema el que te recitaba tu padre.

    Yo también recuerdo cuando niña, esas palabras en Semana Santa, ¡cuánto han cambiado todo!
    Feliz domingo de Pascua

    Un abrazo

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  3. el recuerdo de mi mama
    que me enseñaba muchos poemas

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  4. el recuerdo de mi mama
    que me enseñaba muchos poemas

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