viernes, 17 de abril de 2015

Buenos días primavera.


Está saliendo el sol y desde mi balcón es un momento de absoluta belleza. La luz baila con las azaleas, las de color fucsia están en plena floración, las blancas y rojas empiezan más tímidamente pero ponen un hermoso contrapunto.

Es muy difícil captar con la cámara toda la belleza de un jardín en flor, ya que en su encanto juegan casi a partes iguales el perfume, el tremolar de las hojas movidas por la brisa, los pájaros que lo pasean y los abejorros... ¡que están ahora muy activos!.

También las abejas vinieron a trabajar algunos días en nuestro hermoso arce, lo que nos alegró ya que corren tristes noticias sobre sus problemas de salud. ¡Creo que fue Einstein el que predijo que si desaparecen las abejas desaparece el hombre!


General Schablikine

El rosal General Schablikine - como buen soldado - fue el primero en florecer. No lo hemos podado, ya es la segunda temporada en que solo le retiramos las ramas secas. Cierto que se desnudó un poco en la base, pero aun así está sano y sus flores son muy bellas, y en estos primeros días de primavera tienen un especial brillo.


Me gustaría llamar vuestra atención sobre las Heucheras, son unas plantas magnificas. Estoy enamorada de la forma y del colorido de sus hojas, son como unos hermosos cojines por la forma de sus matas. Os aconsejo que busquéis en internet algún vivero especializado y seguro que os sorprende la variedad de su colorido. Entra la tentación de adquirirlas todas. Para mí fueron una gratísima sorpresa.






 

 Me parecen tan pobres mis palabras para describir tanta belleza que - aunque nuestras fotos no sean perfectas – espero que os transmitirán mejor que yo el frescor y la galanía de este pequeño jardín cuando se viste de fiesta para recibir la primavera.





lunes, 6 de abril de 2015

Un bonito paseo.


Ayer zarzalló, así decimos cuando cae ese rocío que parece que no moja pero sí lo hace - humedad que las plantas tanto agradecen después de muchos días de vientos fríos y ásperos - y hoy salió el sol, así que es el día perfecto para una buena caminata.


De repente llega la primavera y los viejos caminos, los pocos todavía transitables, son una fiesta. Todo parece cantar en estos primeros días de temperaturas suaves. Estallan los colores de las pequeñas flores que aparecen entre las matas musgosas de los bordes de los caminos.


Esta tarde pasearé por el viejo Camino Real, y sentiré la pena de siempre cuando cruce el río por el viejo puente tan maltratado, no por el tiempo, sino por la ignorancia y por la desidia de nuestros gobernantes.




viernes, 20 de marzo de 2015

Reconciliación.




Ando por el jardín desde el romper del alba. ¡Qué bien huele el amanecer!

Hoy el jardín y yo estamos reconciliados. Yo canto, las vivaces se esponjan, algunos bulbos florecen…






  
Querido poeta, me permito tomar prestadas tus hermosas palabras:

Hoy la tierra y los cielos me sonríen;
hoy llega al fondo de mi alma el sol;
hoy la he visto.., la he visto y me ha mirado...
¡Hoy creo en Dios!
 

martes, 10 de marzo de 2015

“Nada en cas nigures.”



Nada en cas nigures.”: era muy frecuente escuchar esta corta frase en mi aldea cuando yo era niña. Yo, que soy un poco refranera, aún la uso con frecuencia. ¿Qué significa? Pues para mi tiene un sentido claro de desorientación, de no saber, de futilidad, de pérdida de tiempo e incluso de engaño.

En estos días mi relación con el jardín es “nada en cas nigures.”.....


Me dedico a observar los rosales - a los que no puedo atender de una forma correcta al no poder usar los productos químicos a los que estaban habituados - y observo también el jardín, intentando simplificar todo lo posible los trabajos de mantenimiento. No es fácil, el jardín es un ser vivo, a veces parece un poco caprichoso, terco, y retador: hace un tiempo decidí que un rincón un poco escondido podía limpiarlo menos, pues bien, el magnífico viburno que lo embellecía se murió. El cantero de rosales que me parecía menos atractivo, incluso estaba sopesando la posibilidad de eliminarlo… ¡pues las duras heladas de febrero lo arrasaron!  No es fantasía: el jardín siente. ¡Y a veces decide!

Yo soy solo una aficionada, no muy sensata, a la que le encantaba plantar soñando con las combinaciones de colores, de alturas y de perfumes; sin percatarme de que los años restan fuerzas y limitan los movimientos. Ahora me enfrento a los problemas causados por mis improvisaciones.

Pero bueno - no es una tragedia - solo hay que tomar decisiones acertadas, así que doy vueltas con la tijera de podar en la mano, corto las ramas secas - que son muchas - y me plantéo: ¿podo? ¿no podo?

Decidí podar normalmente los rosales de Austin, a los de Kordes, que son más resistentes, darles solo una ligera limpieza. Tuve que eliminar alguno de los comprados en el vivero de Peter Beales, que son los más antiguos y quizá por ello fueron los más castigados por los hongos. A los que permanecen también los podé, los limpié de ramas muertas, retiré las muy débiles y las entrecruzadas, y los rebajé algunos centímetros. Al final de la tarde les apliqué un producto cúprico en forma de líquido al 4 por ciento. El sulfato de cobre es el único producto que podemos usar, pues nunca nos produjo ninguna reacción desagradable

En marzo abonaré. Este año usaré un abono distinto: NPK 7-5-12. El súperfosfato de potasio, que todos los años usaba en la proporción de 40 gramos por planta, por alguna razón ya no lo aconsejan.

Después del abono añadiré como siempre una cobertura de compost.

Los huecos vacíos por la retirada de los rosales se pueden rellenar con plantas vivaces. En el blog de La Tabla hace unos días publicaron un reportaje sobre gramíneas, algunas me parecieron muy atractivas, tendré que informarme. De momento estoy trasplantando Digitalis y Verbascum, tan habituales en esta zona, que también tienen su encanto…¡y no dan problemas!


Estos días pasados fueron de niebla y lluvia, aun así la primavera ya se anuncia con la floración de los camelios, del Prunus japonica; las primeras prímulas silvestres y también alguna azalea empieza tímidamente la floración.


 

Hoy salió el sol un poco pálido y sin calor, sopla el nordeste frío y cantador, quizá a la tarde amaine y pueda empezar a separar los esquejes de la salvia para repoblar huecos, es una maravillosa planta: fácil, sana, que te perfuma cuando la rozas; estoy convencida que será la reina del jardín.


Y observando, proyectando pequeños cambios y haciendo pequeños esfuerzos el espíritu se va - como dicen en mi tierra con una bella palabra - desanuviando. Sí, espero que las nubes grises se alejen para todos. Os deseo una muy feliz primavera.




martes, 10 de febrero de 2015

Balada da neve.


Hoy ya luce el sol, pero el invierno nos dejó como despedida una pequeña nevada.





BALADA DA NEVE.

Batem leve, levemente,
como quem chama por mim.
Será chuva? Será gente?
Gente não é, certamente
e a chuva não bate assim.
....
Fui ver. A neve caía
do azul cinzento do céu,
branca e leve, branca e fria...
– Há quanto tempo a não via!
E que saudades, Deus meu!
....


Augusto Gil
Poeta  portugués.

Fue una de las primeras poesías que memoricé en el colegio y hoy la he recitado - a mi manera - algunas veces. Dicen que los viejos se vuelven niños.







lunes, 2 de febrero de 2015

Día de la Candelaria.


Decía mi abuela que hoy, 2 de febrero - día de la Candelaria - los pájaros no cantaban hasta el mediodía porque estaban celebrando sus bodas.

Y yo madrugaba porque quería asegurarme que realmente los pájaros no cantaban. Así tenía que ser - diría mi abuela - para que todo estuviera “no seu sitio”.

Y también tenía un refrán para este día:

Se a Candelaria chora, inverno fora.
Se a Candelaria venta, inverno entra.


¡Hoy el tiempo ha sido el adecuado!: frío, lluvia, un poco de aguanieve y nada de viento.

Esperaremos entonces la subida de las temperaturas predicha por el antiguo refrán para empezar los trabajos de limpieza de ramas secas y preparar el terreno para los aportes de compost y abonado de los rosales.

Y aguardando el sol disfrutemos la hermosa floración de los camelios:






viernes, 30 de enero de 2015

Camiños e carreiros.



Ayer subí al monte en coche por una pista abierta para los molinos eólicos - han instalado tres en nuestro monte comunal. Subir andando sería demasiado esfuerzo para mí, pero decidí intentar bajar caminando. Físicamente fue un ejercicio duro… pero resultó todavía más penoso para mi ánimo.

En poco más de un año han desaparecido los caminos de los carros y las trochas por donde a lo largo de milenios pasaron los animales: los carreiros. El tojo lo invadió todo.

¡Y pensar que en el tiempo de mi infancia el tojo era un bien muy preciado! El monte estaba dividido en pequeñas parcelas, las llamaban quiñóns, y todos los años se sorteaban entre los vecinos del lugar. Es curioso, todavía recuerdo que alguna familia era apuntada en voz baja porque tenía la fea costumbre de “entrar” en las parcelas ajenas …a lo mejor el ancho del legón, o sea ¡¡unos 30 centímetros!!


Ahora hay también largas extensiones de alambradas; en algunas parcelas se ve un caballo, en otras dos o tres vacas, y en la zona de nuestro monte… ¡nada! - ni animales ni pájaros. Supongo que el ruido de las aspas de los molinos los aleja. La única señal de vida, el canto lejano de una avecilla, y sobre el terreno la huella de algún conejo.

Para caminar los mil metros que me separaban de nuestra casa tardé más de dos horas, y eso que me acompañaba una de mis hijas, sola no lo hubiera conseguido. Llevábamos varas, y gracias a ellas pudimos separar los tojos que ya cubren los viejos pasos, saltando por encima e intentando cruzar por las rocas. Recuerdo perfectamente cuando esa zona del monte era un pastizal natural, el nombre indica que eran zonas llanas: “Chan dos largos”, “Campo grande”, “Carballeira da plaza”, “Chan das pipas”… pienso que serán unas 25 hectáreas, que ahora solo sirven para ser pasto de las llamas cada pocos años.


Era la zona más hermosa de nuestro pequeño lugar, llena de leyendas de Xanas, de Mouros, de tesoros escondidos, de fuentes que – según contaban - traían el agua del mar, pues en ellas se encontraban pequeños berberechos.

Mestra das abellas, Coto mourán, Outeiro do gato, Outeiro cabano, Outeiro furado... en todas estas piedras se encuentran petroglifos: cazoletas, marcas serpentiformes, algunos laberintos y también los dibujos de pequeños caballos y venados, puñales y marcas que parecen pies de niños. Algunos de esos petroglifos ya desaparecieron al abrir vías para dar paso a las máquinas.

Es cierto que la vida castiga: recuerdo que no siempre estaba contenta cuando me tocaba vigilar el ganado desde una peña a la que llamaba “mi casa”…repetía y repetía en voz alta: “hei de pasar aquel monte e aquel outro e o outro, e non hei volver máis.

Volví y me quedé… ¡cómo me gustaría ahora poder subir a esa alta piedra! No para hablarle al viento como antaño, sino solo para contemplar el largo horizonte. Y no puede ser, me lo impiden el tojo, las zarzas y los años.