martes, 26 de febrero de 2013

Luces y sombras.

 

Espero que esta ola de frío que estamos padeciendo sea la despedida del invierno, que ha sido largo, húmedo - muy húmedo - y poco luminoso.


El frío permite retardar la poda, lo que este año me viene muy bien ya que una gripe me ha obligado a retrasarla. Estoy deseando retomarla en cuanto las temperaturas suban unos grados. Al ser ahora los días más largos, con más horas de luz, este duro trabajo se hace mucho más llevadero.
 



 
Nuestros perros Buyuk y Truco han celebrado la llegada de la nieve con juegos y correrías, y nos han contagiado de su alegría. Sin embargo en esta ocasión no han podido estar acompañados por nuestro gato Totoki.


Totoki tuvo una corta pero espléndida vida. Buscó el amor lejos de casa y al querer volver, exhausto, le fallaron las fuerzas. Es la ley, como diría el poeta: "la vida deseosa de si misma".

Lo encontramos guiados por Buyuk, en el sendero de O Lombo dos Cordos, un prado cerca de casa. Allí estaba tendido, exánime pero todavía espléndido y brillante.  Nos lo trajimos amorosamente a casa, escoltados por Buyuk que lo olisqueaba y acariciaba como queriendo reanimarlo. Fue triste y conmovedor.

Ahora forma parte del jardín, descansando entre dos rosales James Mason y Mme. Hardy. A su lado dos hermosas rocas de cuarzo blanco reciben los primeros rayos del sol de la mañana.

sábado, 16 de febrero de 2013

Peter Beales - In Memoriam.

 
 Peter Beales.

 Las primeras rosas inglesas del jardín vinieron de su vivero y ahí están, vigorosas y lozanas.

 Happy Memories, de Peter Beales.

Seguí un poco su trayectoria, sintiendo una gran admiración por su trabajo y por su manera de estar en la vida. Hoy me entero de que nos dejó y sentí la necesidad de decirle: ¡Gracias!

Norwich Castle, de Peter Beales.

Las personas que nos proporcionan horas de paz y alegría son siempre buenos amigos; sus rosas alegran nuestro pequeño jardín y alguno de sus libros me hizo disfrutar con hermosas fotografías y acertados comentarios sobre los más hermosos jardines del mundo.

Descansa en paz.

lunes, 4 de febrero de 2013

El jardín en invierno.

El jardín en invierno.

Este invierno hasta ahora ha sido benigno, con temperaturas suaves. El jardín, que parece adormilado, mantiene todavía un hermoso colorido, aunque está empapado. No conviene pisarlo demasiado.

Esta última semana hemos tenido lluvias torrenciales y han aparecido hermosas cascadas en el monte. En el jardín están contentas y paseadoras las salamandras.

Pero ahora las temperaturas están bajando, lo que es bueno para la salud de las plantas. Ya lo dice el viejo refrán: “En xaneiro sube ao outeiro, se ves negrexar ponte a cantar, se ves verdexar ponte a chorar”. Así que el frío será bien recibido, pero sin abusar…

Por otro lado los días son ya sensiblemente más largos y luminosos, y tenemos que empezar la poda. Con lluvia no me gusta hacer ese trabajo, pero seguro que escampará y en algunos días podremos iniciar los trabajos que posibilitan la hermosa primavera de las rosas.

La buena influencia del jardín.

Este dibujo coloreado a acuarela es un trabajo de mi hija Esperanza para ilustrar el calendario y la felicitación navideña de su hermana Montse.

La orla del cuadro está inspirada en el colorido de los árboles y las plantas de nuestro jardín. En ella se ven las vacalouras (ciervos volantes), ardillas y erizos que son visitas frecuentes - siempre festejadas por todos nosotros.

Los dibujos figurativos tienen la influencia de nuestros recuerdos familiares: la hermosa trenza de pelo de mi madre, los mantones de ocho puntas de mi abuela, el carapucho (capa de paja) que mi abuela - que sabía cómo ansiaba tener uno - me regaló. Me lo hicieron a medida, junto con unas tamanquiñas (zuecas).

Los días de fuertes lluvias me las arreglaba para escabullirme, con mis zuecos y mi carapucho, metiéndome por el regueiro y chapoteando encantada: chof,chof chof...

Decían que en el regueiro había oro... aún dicen que lo hay. Yo nunca lo encontré. Aunque no existe oro de más quilates que estos recuerdos.