martes, 30 de junio de 2009

Alegría.

Alegría porque el jardín se está recomponiendo, aunque quedó desnudo de rosas después de las lluvias torrenciales del mes de junio.

Las hortensias florecen de nuevo, no tan exuberantes como en los años de clima más benigno y menos errático. Aún así son siempre de una gran belleza.

Hortensias.

Los rosales están brotando con fuerza: Cressida no me defraudó, tiene 5 brotes basales de unos 25 cm, todos sanos y vigorosos.

Me gustaría entender por qué algunos rosales que llevan cinco años comportándose de una determinada forma - me refiero al crecimiento y desarrollo de sus ramas, que era siempre armonioso – esta temporada se comportan de modo completamente diferente aunque no hice ningún cambio en los cuidados habituales. Me ha ocurrido con Heritage y Luceta, que lanzan ramas de dos metros de alto con flores más pequeñas que en años anteriores.

En conjunto los rosales no están débiles, no tienen pulgón, apenas alguno que otro tiene alguna hoja amarillenta. Incluso Baron Girod de l'Ain, a pesar de los roedores que hacen sus caminos bajo de sus raíces, está frondoso.

Rosal de Kördes.

Así que, a pesar de las contrariedades, siempre hay algo agradable para contemplar.

Pero lo más importante para mi es la sensación y el sentimiento físico de bienestar que produce el trabajo del jardín.

viernes, 19 de junio de 2009

Poda por decreto.

No sabía yo que los días óptimos para podar los robles, los nogales, las hayas y los arces, eran los que van del 20 al 30 de mayo. Pues sí mis queridos amigos, y quiero compartir con vosotros este conocimiento. Mis maestros fueron los señores de la Xunta de Galicia, pues de ellos partió la orden de podar en esta época los árboles de estas especies que crecen, mala suerte, demasiado cerca de la carretera.

Otra cosa que aprendí es que no hay que equilibrar el ramaje; es mucho mejor desmochar sólo un lado, por lo menos así lo hacen ellos. Debe tratarse de una nueva técnica de poda.

También en esos días un equipo encargado de cambiar bombillas en las feísimas - y tantas veces innecesarias - farolas de nuestros caminos rurales desmochó sin piedad un hermoso roble porque sus ramas rozaban el poste de cemento. Protesté y obtuve una sonrisa tonta y un “perdón, es que yo soy el capataz y no puedo estar vigilando al mismo tiempo a toda la gente”. Le pedí por favor que pasaran en algún momento para desinfectar y sellar las heridas, que están demasiado altas para una escalera normal. Prometieron pasar en dos o tres días… y no volvieron. Lo único que pude hacer por esos árboles fue llamar a una empresa especializada para reparar, en la medida de lo posible, los cortes brutales de las máquinas y en el próximo otoño, si no enferman, habrá que hacer una poda para equilibrarlos.

Esto puede parecer una tontería, pero creo que no lo es. Se trata de un ejemplo bien triste de nuestra manera de trabajar, o más bien, de nuestra manera de estar en la vida.

jueves, 11 de junio de 2009

Las nubes se enamoraron de estos montes.

La semana pasada el jardín estaba en su máximo esplendor, pero estuve fuera unos días y a la vuelta lo encontré legañoso, arrastrándose y vencido por el peso del agua.

Las nubes continúan corriendo del sur al norte barriendo los montes. Cuando era niña me encantaban estos días - todos los regatos me parecían mares - y algo debe perdurar de ese sentimiento porque, a pesar del amasijo en que se transformaron las rosas, no me causan tristeza. Volverán.

Y entre tanto quiero compartir algunas imágenes de estos días pasados.

Bancales.

Rosal de Kordes.

Antico Amore.

Borde del estanque.

Variegata di Bologna.

Susana Tamaro.

miércoles, 3 de junio de 2009

Madame Hardy

Madame Hardy es un rosal del año 1832; también se le conoce como R. Centifolia Alba. Fue considerada la más bella rosa blanca durante muchos años, título muy merecido ya que realmente es perfecta - pero no para mi clima, porque no soporta la lluvia.

De hecho lleva 7 años en el jardín y sólo una primavera tuvo una hermosísima y larga floración. Así las cosas, como tengo un magnífico ejemplar de la gálica James Mason plantado en la zona baja del jardín, que es donde está la mejor tierra, decidí seguir el consejo de Peter Beales y hacer un grupo con las dos. No tengo ningún reparo en hacer cambios, las plantas no sufren siempre que se levanten con un buen cepellón. Luego, si el tiempo es seco, hay que regar con mucha frecuencia durante unos 15 días.

Este cambio lo hice tres años atrás, pero no le gustó que la moviera, ya que sólo esta primavera dio algunas flores y además, con la inoportuna lluvia de la pasada semana, fueron literalmente “flores de un día”. Hoy, haciendo la limpieza de las flores marchitas, me encontré con la sorpresa de unos pequeños capullos que quizás lleguen a abrirse si estos días próximos no llueve, pero seguramente James Mason ya habrá terminado su floración y nos perderemos el espectáculo…

Estas son las pequeñas frustraciones que padecen los jardineros.


El trepador que aparece en estas fotos no es American Pillar. ¿Será la obra de un creador de Cataluña?


Paws. No sé si es de Peter Beales o de su hija Amanda. Es un maravilloso pequeño arbusto.