sábado, 8 de agosto de 2009

“Lúa nova tronada, trinta días é mollada”

Ojalá el refrán no se cumpla, aunque ya hemos tenido tres días de agua. Ruego a los buenos trasgos del jardín para que nos ayuden.

La primera floración ya se malogró, tuve que recortar todos los rosales y apenas algún capullo de los que dejé pudo abrirse normalmente. Fue un desconsuelo dejar el jardín un lunes con una floración excepcionalmente hermosa y volver el viernes siguiente para encontrar todas las rosas transformadas en un amasijo informe.

Ahora que estaba empezando la segunda floración si la lluvia no da tregua tampoco la disfrutaremos.

Afortunadamente han pasado ya algunos días más y hace un tiempo perfecto - temperaturas suaves y rocío nocturno que deja todas las plantas frescas, apenas hay que regar. El cielo está limpio, azul, y la luz parece tamizada; no es la cruda luminosidad habitual del mes de agosto.

Incluyo algunas fotos intentando transmitir el frescor y la belleza del jardín en estos días.