lunes, 30 de diciembre de 2013

Navidad. 25 de diciembre.

La gran borrasca del día de Navidad nos proporcionó la ocasión de celebrar la habitual comida familiar a la luz de las velas.


La falta de corriente produjo alguna incomodidad, nos quedamos sin calefacción y sin agua por unas horas. Así yo pude revivir con mis nietas, que son aún muy pequeñas, las luces de mi infancia.


Algunas fotos de ese día.









sábado, 14 de diciembre de 2013

Noviembre atareado.

 
Este noviembre no fue un mes apagado y sin mayor interés, como casi todos los años. Tuvimos días muy fríos, secos y con sol, un sol pálido, y aun así estimulante, que me animó a no esperar al mes de enero para iniciar los pequeños trabajos con los que pretendo que el mantenimiento del jardín sea menos costoso.

Teníamos un pequeño estanque que, por estar casi rozando la casa, era muy agradable. Te asomabas a la ventana y lo veías en primer plano con su cambiante belleza. Por desgracia aparecieron filtraciones de agua y hemos tenido que eliminarlo.

Pero me voy consolando: intento revalorizar la fuente y también el otro estanque al que tenía un poco abandonado y selvático. El exceso de vegetación tiene su encanto. Y si hay capacidad de trabajo y tiempo se controla. De tiempo dispongo, pero de fuerza para trabajar no tanto, así que decidí retirar el exceso. Ahora, además de minimizar el trabajo de mantenimiento, deja pasar más luz y las notas de color, aunque sea una flor solitaria, brillan con una especial energía.


El que más ha sufrido con estos arreglos ha sido el césped: entre el trasiego de carretilla y la falta de lluvia tiene un penoso aspecto, pero no es muy grave, en marzo se puede resembrar y se recuperará.


El pequeño regato tiene la función de llevar el agua de la fuente al viejo estanque y evitar que se filtre por la tierra, está aislado y no causará problemas de humedad. Para darle alguna gracia recurrimos a las piedras de cuarzo que tanto abundan en nuestras fincas.



 Os dejo algunas fotografías de estos días: el rosal del tiesto tiene 7 años, siempre en el mismo tiesto, floreciendo desde abril hasta estos días, no hay duda de que es merecedor de una medalla de oro; se trata de Paws de Peter Beales. Lo pondré en tierra para prolongarle la vida y lo sustituiré por una planta joven, está envejecido y las flores son más pequeñas y en menor cantidad de lo habitual.


Se acerca la Navidad y quiero abrazar a todos mis amigos deseándoles Paz y Salud.










jueves, 17 de octubre de 2013

Octubre perfumado.

 
El jardín está hermoso y perfumado. La luz, los olores, el aire limpio y la suavidad de la temperatura nos recuerda la primavera. Una primavera quizá menos vital, pero con matices más ricos en los colores y los aromas.

Huelen las gardenias, los pocos nardos de un tiesto, las rosas, la menta, la hierba luisa y ese aroma acre, verde y amargo, de la hierba mojada.

 


 Son unos días que animan a pequeños cambios, a retoques y a trasplantes. Haciéndolos los aficionados usamos nuestra capacidad de planificación, visualizando la belleza que nos sorprenderá en la próxima primavera.

En estas fotos intento compartir el placer de pasear por este pequeño espacio que para mí es en verdad mi paraíso.







domingo, 22 de septiembre de 2013

Los baños de la castaña.


 Caen los primeros erizos del color del jade, aún de tacto suave, con su relleno de castañas tiernas e insípidas. En los lejanos tiempos de mi infancia traían un mensaje: es el momento de ir a tomar los baños de la castaña.

Nos hospedábamos en Marín, en la calle Real, casa de la señora Petra. Nueve días - siempre nueve - ni uno más ni uno menos. Todos los días siete inmersiones - siempre siete - aplicadas por un antipático bañero, al que le daban buenas propinas por dejarme tiritando y sin respiración… el buen Dios le habrá perdonado pues lo hacía científicamente, para “mejorar mi salud”.

Los baños de mar eran casi un ritual místico, si tomabas los nueve baños pasarías con salud el invierno. Era frase corriente refiriéndose a alguien que había caido enfermo: “se fora ós baños non tería esa maleita”.

Conservo un nítido recuerdo de esos días, la fonda de la señora Petra me parecía un pequeño palacio: tenía luz eléctrica... ¡Y una radio! Algo mágico.

Me decía la abuela, cuando recordaba la primera vez que había visto encenderse una lampara sobre la mesa del comedor de la fonda: “o poder de Dios é moi grande”, explicándome el asombramento que le produjera la luz, y mucho más esa voz que se oía allí mismo, aunque la persona que hablaba estaba “moi, moi lonxe”.


 Tuve la suerte de volver años mas tarde como invitada de esa maravillosa familia. Fueron días felices, arropada por el cariño, la gracia y la alegría que te envolvía en esa casa.

Me gusta pensar que mis abuelos portugueses, a los que no conocí, tendrían ese mismo encanto, pues todos ellos eran gente del mar.

Ahora ya no hago esa parada y fonda… estos días no son de descanso, más bien de trabajos forzados pues el pobre jardín está muy castigado por la falta de lluvia.


Las azaleas y los rododendros acusan la prolongada sequía, y por eso decidimos recortar las ramas más castigadas, lo que dejó huecos desagradables a la vista. Solucionamos algo bajando ramas, fijándolas al suelo con ganchos y cubriéndolas de tierra y hojas, así enraizarán y en poco tiempo estarán frondosas.

Tambien podé el rosal trepador Cecile Brunner, que en esta zona sólo florece en primavera. Quizás por ello crece desmesuradamente. Fueron dos horas largas, aún contando con la buena ayuda de mi nieto Luis.



Ahora tengo que continuar con la poda de las hortensias; algunas matas aún tienen bonitos tonos apagados de azules, violetas y rosas. Son tan bonitas que quizás no tenga el valor de podarlas… y luego me quejaré de que están demasiado altas, como dicen en mi tierra: “não há bela sem senão”. Las hortensias en mi jardín se portan como señoritas complicadas; ya seguí todas las normas y probé todos los consejos y los resultados han sido siempre irregulares.

Estos trabajos - que me cansan, pues los años restan agilidad - producen una especie de euforia, y no hay duda que ayuda a que los movimientos  sean más ágiles y sueltos.

Y el jardín también lo agradece, es como un niño un poco presumido al que  le gusta que lo acicalen.

A todos mis amigos les deseo un feliz otoño.


martes, 17 de septiembre de 2013

Final del verano.

 
Hace años que la revista de jardinería italiana Gardenia publicó un artículo aconsejando podar las hortensias "exactamente" el día 28 de agosto. Hoy volví a leer un consejo parecido publicado por un vivero de Valencia que recomienda podar a comienzo del otoño.

Desagrada desnudar una parte del jardín tan pronto, aunque este año la floración fue pobre y se agostó pronto porque los golpes de calor fueron frecuentes, con temperaturas de 40 grados algunos días.

Está claro que el jardín perfecto sólo se consigue unos pocos días cada año…
¡Y aun así compensa!

 
El viento ha estado soplando con furia y me pasé el día regando. Regando y recordando: cuando era niña íbamos en procesión al río con la imagen de San Roque implorando la lluvia para salvar la cosecha de maíz - el alimento básico para la gente de las aldeas. Hoy rezo implorando la lluvia por temor que nuestro monte plantado de pinos pueda ser pasto de otro fuego más. Antes al fuego no se le tenía miedo pues los montes estaban limpios y las carballeiras difícilmente ardían.

Ahora el viento continúa, aunque menos violento. Hace calor y hay que regar en profundidad. Al no usar fungicidas algunos rosales están tristes. El de peor aspecto es Emperatriz Josefina, una gálica que yo creía más resistente. Eliminé sus ramas muertas y empezaré a alternar los tratamientos de jabón lavavajillas, que parece que ayuda, con infusiones de cola de caballo, que contiene equisetonina, que según dicen es tóxica para los hongos. Espero que sea cierto. También les daré un aporte de un abono rico en superfosfato.

Luego espero tener el valor de eliminar los que no reaccionen aceptablemente. Ya retiré media docena, todos comprados en mercadillos. Eran muy frágiles, aunque sus flores eran hermosas y agradezco el tiempo que dieron color al jardín.

Durante el mes de agosto los rosales dormitan hasta septiembre, cuando tenemos la floración de otoño - que a veces es tan hermosa como la de primavera, y a mí me parece siempre de colores más delicados. A pesar de ello los rosales de David Austin y del Rvdo. Pemberton todavía tienen flores, así que al atardecer hicimos alguna foto porque la luz era de una gran belleza. Las lavandas están recortadas y hermosean las rosas.






domingo, 18 de agosto de 2013

Un mes tranquilo.


 En agosto el jardín requiere menos atención que durante los meses anteriores.

Si se tiene riego automático ya solo preocupa cortar cada semana el césped, aunque siempre hay algún ángulo muerto que vigilar por si el riego no llega en cantidad suficiente …así perdí algún rosal.

Con el riego crecen también las llamadas “malas hierbas” - que a veces no lo son tanto - pero que si crecen en exceso no hay más remedio que arrancar. Aunque hace ya algunos años que he dejado de tener la preocupación por la “tierra limpia”. Por ejemplo, el ranúnculo silvestre, que es francamente invasor y al que tuve la guerra declarada, me preocupa ya menos, y a pesar de que ahora lo dejo crecer y no utilizo productos químicos las plagas no aumentaron de forma alarmante.


 Hace algún tiempo me aconsejaron usar como fungicida Fairy, el popular jabón liquido para lavar la vajilla,  así que escogí un rosal especialmente sensible a la mancha negra para hacer el experimento. De momento está reaccionando bien, todos los brotes nuevos están fuertes y sanos - estoy atenta a su evolución para decidir si trato alguna otra planta.
Entretanto continuamos los tratamientos con jabón de potasio con bastante buen resultado, pero no hay duda que el Fairy sería más económico. Si alguien quiere hacer la prueba, la dosis que me aconsejaron es de 2 cucharadas soperas de Fairy disueltas en 6 litros de agua.


martes, 9 de julio de 2013

Momento de la máxima floración de las rosas.

Buyuk con el rosal Centenaire de Lourdes al fondo.

La pequeña rosaleda llegó a la edad adulta, cumplió en enero 10 años.

Me refiero a los rosales adquiridos en Inglaterra, en los viveros de Peter Beales, completados por otros que en los años siguientes me regalaron, procedentes de los viveros de David Austin, Kordes y Barni.

Están también los viejos ejemplares conseguidos a través de Kanda de Barcelona y, por supuesto, los primeros ejemplares adquiridos en Portugal.

¡Y los enamoramientos de los mercadillos!

Sadler's Wells de Peter Beales.

 Meg de Gosset.

 Queen of Denmark, de Booth.

 The Shepherdess de David Austin. 

 Madame Hardy, de Julien-Alexandre Hardy.

Linderhof de Kordes.
 
 Debiera ser la primavera la época de máxima belleza de los rosales, pero el mal tiempo no lo permitió: la exuberante floración duró solo unos pocos días. Así que es ahora el momento de máxima floración de las rosas.

Pero la última tormenta trajo unas horas de lluvia torrencial, regalo frecuente que nos manda el mar de Vigo, y ahora toca retirar las flores ajadas para así ayudar a una segunda remontada de la floración. Es un trabajo fatigoso, aunque compensa ya que así desaparece ese aire de desaliño que tanto me desagrada.

 Jazmín.

Benjamin Britten, de David Austin, con manchas provocadas por la lluvia.