viernes, 28 de marzo de 2014

Primavera silenciosa.


 El cuco sigue sin cantar y empiezo a preocuparme...

Rachel L. Carson, la autora de Primavera Silenciosa, fue  una bióloga marina que luchó con entusiasmo contra los pesticidas, principalmente el DDT. En estos días la recuerdo con agradecimiento porque, aunque no he oído todavía el canto del cuco, al menos ya lo hemos visto pasar raudo sobre el jardín.

Cuando las hojas de los robles tengan unos centímetros, lo que ocurrirá dentro de una semana, sus notas alegres y claras animarán los amaneceres del comienzo de la primavera.

Antes, cuando se retrasaba su canto, se decía con un cierto temor: “Entre marzo e abril ou o cuco ou a fin”. Sabiduría de la gente del campo.

Por un tiempo el jardín se ha convertido un revoltijo de tierra, cajas de cartón y compost porque he recibido un bonito regalo: la posibilidad de reemplazar los rosales menos vigorosos, aquellos que se resintieron al dejar de usar fungicidas.

El problema es que los rosales son plantas alelopáticas, al ir creciendo segregan sustancias que dificultan que otros puedan enraizar en sus proximidades para evitar su competencia. Así pues, si se quiere replantar en la misma tierra de los retirados, hay que esperar como mínimo unos 4 años.

Para evitarlo recurrimos a la solución que aconsejaba Peter Beales, hicimos agujeros de 50x50 cm., retirando la tierra a otra zona del jardín, para luego ajustar en ellos cajas de cartón de esa medida, rellenándolas con compost, abono orgánico y abono de hueso, y rociando levemente las raíces con microrizomas. Tiene lógica, para que las raíces lleguen a los 50 cm. de profundidad pasarán unos años, entre tanto estarán aisladas. Esperamos que dé resultado.


 
En dos meses las vivaces, los lupinos, delfinios, Digitalis, Phlox y varios grupos de iris, habrán arraigado y darán las primeras floraciones.

Feliz primavera para todos.