jueves, 29 de enero de 2009

Ladrones de esquejes.

Algunos llaman a los rosales "esas plantas pinchosas". Sí, a veces pinchan, es la única defensa que tienen contra los depredadores. A veces me gustaría que pincharan muchísimo más y así alejar a los desaprensivos que los destrozan cuando entran en mi jardín a robar esquejes ¿Por qué no los piden? Desde aquí les digo - hablando por mí y creo que por todos los propietarios que aman sus jardines - que no se niega nunca un esqueje a quien lo pide, siempre que sea el momento adecuado para cortarlo. Lo triste es que al cortarlos sin conocimientos suficientes destrozan las plantas; yo tengo un maravilloso rosal Fantin Latour al que, por tercer año consecutivo, apenas le han dejado dos o tres ramas de flor, y al ser un rosal de floración única, que sólo se puede podar después de que se marchiten las flores, al cortarlo en verano u otoño el resultado es que en la primavera siguiente no florecerá.

Además no todos los rosales se reproducen por este método. Es más fácil multiplicarlos por injerto "a ojo dormido", que es un método sencillo que da muy buen resultado. Todos los manuales traen dibujos y explicaciones fáciles de comprender.

Desde aquí invito a los señores ladrones a que, en lugar de hacer furtivas incursiones nocturnas en mi jardín, me pidan los esquejes que "necesiten". Estaré encantada de proporcionárselos.


Fantin Latour

Mis primeros rosales antiguos.

Mis primeros rosales fueron híbridos de té. Al principio, por falta de información, no los cuidé correctamente y enfermaban con frecuencia, así que nunca me llegué a enamorar de ellos, con la excepción de Iceberg, que aún conservo y ya tiene más de 25 años.

Más tarde descubrí la existencia de otro tipo de rosales, algunos de ellos variedades antiguas y otros, llamados "rosales ingleses", que son los creados por David Austin cruzando variedades antiguas muy perfumadas con otras más recientes.

Estas variedades me gustaron tanto que hace ocho años tomé la dura decisión de arrancar mis viejos híbridos de té y reformar
el jardín, dándole un aire más informal y buscando además reducir el trabajo de mantenimiento. Dejé solamente una pequeña parte dedicada a híbridos de té, con el fin de tener flores para decorar la casa - para que duren bastante en los jarrones las rosas deben cortarse antes de que el capullo se abra totalmente, y estas variedades aceptan bien este corte continuo.

Mi primera plantación fue un pequeño grupo compuesto por estas variedades:

Albertine
: Trepador. Híbrido de wichuraiana.
La belleza de las flores de Albertine es legendaria.
Florece una vez al año en verano. Es un arbusto fuerte, vigoroso y un buen trepador.
Masa de flores de color rosa y oro. Muy fragante.
Tolera suelos pobres. Tan vigorosa que puede subir por los árboles. Floración en verano.
Altura de tres a cuatro metros, por dos y medio de ancho.
Creada en el año 1921 por Barbier.
Pertenece a las Synstylae, rosales de gran desarrollo.
Está plantado en una pared que mira al sur.


Alchymist: Modern Climber. Híbrido de Rosa Eglanteria.
Flores de color albaricoque anaranjado.
Rosal trepador alcanza los tres metros, vigoroso, flores con muchos pétalos, perfume marcado.
Puede cultivarse como arbusto con algún soporte. Tolera los suelos pobres y la sombra.
Floración en verano, no se repite.
Altura tres metros por cuatro. Creada en el año 1955 por Whilhelm Kordes.


Buff Beauty: Hibrid Musk. Híbrido Almizcleño. Híbrido de Moschata.
Híbrido obtenido por el Reverendo Pemberton y su equipo. Está entre los rosales subarbustivos y los arbustivos. Su altura varía entre un metro y un metro y medio según los suelos.
Son plantas robustas, florecen mucho y son muy resistentes a las enfermedades,
Florecen más de una vez al año. Perfumadas. Color amarillo naranja.
Tolera la sombra. Se puede cultivar en maceta, también como pequeña trepadora.
Tolera suelos pobres. La floración es continua.
Creada en el año 1939.


Cornelia: Hibrid Musk. Hibrido Almizcleño.
Obtenida por Pemberton en el año 1925.
Excelente variedad, produce racimos de flores de tonos alegres y variados rosa-coral, amarillo y rosa. Muy fuerte sin enfermedades, las ramas pueden llegar a doblarse con el peso de las flores.
Altura: de un metro veinte a un metro sesenta. Sol directo, pero tolera algo de sombra. Es una rosa perfumada que también se puede cultivar en maceta.


Felicia
: Rosa Hybrid Musk. Híbrido Almizcleño. Creada por Pemberton, en el año 1928.
Flores rosa salmón y albaricoque. Es uno de los rosales más vigorosos de la familia de los Musk.
Fuerte, sin enfermedades - un rosal muy recomendable para plantar en grupos de tres.
Una combinación perfecta con Cornelia y Buff Beauty. Las tres son de floración continua.


Bouquet D’Or. Rosa Noisette.
Sarmentosa, alcanza los tres metros de altura.
Flores dobles con ligero perfume, planta muy vigorosa que repite floración.
Color amarillo cobrizo. Rosal clásico trepador.
Creada en el año 1872.

lunes, 26 de enero de 2009

3. Cuidados durante el primer año

Suponiendo que se plantaron rosales en noviembre, en febrero ya estarán desarrollando las yemas. En nuestra zona lo normal es que hasta ese momento no haya habido necesidad de ningún cuidado: con la lluvia del invierno el riego está asegurado, el frío no las habrá perjudicado siempre que tuviesen el injerto bien cubierto de tierra, y las plagas aun no habrán empezado. En cuanto al abono no hay problema, el primer año no lo necesitan.

Riego.

Siempre que al remover la tierra esta se encuentre seca habrá que regar, ya que las raíces necesitan humedad constante aunque no les guste estar encharcadas.

Hemos dicho que durante el invierno no hay que regar. En general es así, aunque podría ocurrir en años excepcionalmente secos que fuera necesario darle de vez en cuando un riego profundo, por ejemplo una vez a la semana.

En cuanto empiecen a subir las temperaturas los riegos deben ser frecuentes ya que en primavera las plantas necesitan mucha agua. Además deben ser abundantes para que el agua penetre profundamente y las raíces, que buscan la humedad, se desarrollen verticalmente. Es un error regar a menudo con poca agua ya que así las raíces crecen más en superficie y sufren con los golpes de calor. Aunque las temperaturas sean altas dos riegos a la semana serán suficientes.

Plagas.

Cuando las temperaturas suben y hay humedad - aquí suele ocurrir cuando la primavera ya está adelantada - empiezan las plagas: fúngicas y parasitarias. Como no quiero abusar de los productos químicos yo sólo me ocupo de las tres más importantes: mancha negra, roya y pulgón.

Como protección frente a los hongos yo aconsejo darle entre febrero y marzo una mano de sulfato de cobre, rociando las hojas y además mojando bien la tierra con el mismo líquido como medida profiláctica. Más tarde, antes de que se abran los primeros capullos, se le aplica otro rociado con sulfato de cobre, porque si se hace después se mancharán las flores.

Si aun así aparecen señales de mancha negra o roya hay que tratarlas con fungicidas. Si no se hacen tratamientos las plantas no se mueren, pero al perder las hojas se debilitan y florecen mucho menos.

La verdad es que en mi jardín hay muy poco pulgón, para combatirlo entierro dientes de ajo entre las rosas y planto lavandas ya que los pulgones detestan su olor. Las utilizo para hacer bordes en algunos de los parterres. Me gusta muchísimo el perfume de sus flores y además el color de la planta combina perfectamente con el verde de las hojas de los rosales.

Si aun así les atacan los pulgones habrá que diluir un poco de jabón lagarto en agua y rociar las hojas con la sulfatadora o con una regadera.

Además, y aunque los manuales no lo aconsejan, yo lavo las hojas de mis rosales con la manguera y me parece que las plantas quedan encantadas.

Malas hierbas.

A partir de la primavera deben combatirse las malas hierbas, o bien arrancándolas con la escarda o cubriendo la tierra con mantillo de hojas, corteza de árbol desmenuzada, etc.

domingo, 18 de enero de 2009

2. La plantación.



Plantar es sencillo una vez las plantas están preparadas - me refiero a plantas de raíz desnuda, que es mi opción preferida.

Los rosales comprados con la raíz desnuda soportan perfectamente el transporte desde cualquier buen vivero de Europa. Dependerá del momento en que se haga el pedido el que los envíen más tarde o más temprano, pero siempre llegan entre finales de octubre y principios de febrero.

Se deben plantar sin tardanza, a menos que la meteorología sea muy rigurosa. En ese caso se puede esperar un momento más adecuado sin problema alguno. Si no se plantan inmediatamente lo único que hay que hacer para conservarlos en buen estado es abrir una pequeña zanja en la cual se colocan los rosales tumbados, cubriéndolos con tierra, aunque no totalmente, siempre se deja el tercio superior al aire. Si las temperaturas fuesen muy bajas se cubriría la tierra con hojas o con periódicos y plásticos, retirándolos inmediatamente en cuanto el tiempo mejore

Antes de empezar el trabajo de plantación propiamente dicho es importante preparar la tijera de podar, teniéndola perfectamente afilada y desinfectada. Yo tengo siempre a mano un pequeño bote de cristal con agua y un chorro de lejía. Para afilar la tijera suelo usar una pequeña piedra de esmeril que sea plana por un lado y redondeada por el otro, el lado plano es para suavizar el filo.

Debemos recordar que ya tenemos el agujero preparado y hemos utilizado la tierra superficial, más rica y mezclada con compost para rellenar el fondo del agujero – ver entrada anterior del diario.
Antes de colocar el rosal en el hoyo hay que recortar todas las raíces unos centímetros. También deben recortarse las ramas, haciendo el corte sobre una yema que mire hacia fuera, siempre en bisel para que el agua de la lluvia escurra por el corte sin dañar el brote.


Una vez preparada la planta la colocaremos en el centro del agujero sobre un montoncito de tierra, con las raíces bien estiradas, y las cubriremos con un poco de tierra que tendremos reservada - tierra sin mezcla de abono.

Atención: en este momento es cuando hay que fijarse en el nivel al que quedará el cuello del injerto: lo correcto será que quede cubierto por tres centímetros de tierra. Deberá ajustarse la cantidad de tierra bajo las raíces para obtener ese nivel.

Ya podemos empezar a rellenar el agujero alrededor de la planta con la tierra del segundo montón que habíamos reservado al hacer el agujero, la menos fértil.

Una vez relleno se aprieta un poco la tierra con los pies y se riega - una regadera de unos siete litros será suficiente. Hay que esperar a que el agua sea absorbida y entonces se coge con cuidado la planta y se le da un tironcito hacia arriba, entonces se vuelve a regar y comprime de nuevo un poco la tierra para que no queden bolsas de aire cerca de las raíces.

Ya está listo.

sábado, 17 de enero de 2009

1. Preparación de los agujeros.


Mata de 3 plantas de Gertrude Jekill en su segundo año.

En mi jardín, debido a la poca profundidad de la capa fértil, lo más importante es el tamaño del agujero en el que se va a plantar el rosal. Nunca es demasiado grande. Supongamos que hemos podido hacer un agujero de 1 metro por 1 metro, que son los que a mi me dan sin duda el mejor resultado. Es un trabajo duro, ¡pero ahora hay unas mini excavadoras que los abren en un momento! Nosotros siempre los hicimos a mano; me gusta ese trabajo.

El primer cuidado a tener cuando se comienza el trabajo es retirar y amontonar a un lado la primera capa de tierra, de más o menos 30-40 cm. de profundidad, que es la más fértil. La segunda capa, otros 30-40 cm., será tierra menos rica en nutrientes, que se separa en un montón diferente. La tercera capa será tierra muy pobre, que debe simplemente removerse con la horquilla y dejarse en el fondo mezclada con piedras menudas y tejas partidas o restos de tiestos para hacer un buen drenaje. Dicen todos los textos que a los rosales no les gusta el agua encharcada aunque, como siempre, hay excepciones: tengo una mata de Cornelia muy cerca del estanque que está espléndida a pesar de que le pasa al lado un hilito de agua y está siempre húmeda y de que la planté el pasado año de un esqueje que había enraizado unos meses antes.

Cornelia

Una vez terminado el agujero tiene que ser muy bien "amueblado", que es un termino que usan algunos Maestros de jardinería y tienen toda la razón. ¡Una casa con los muebles bien distribuidos en los espacios disponibles será más cómoda y ciertamente más harmoniosa! A los rosales, como a las personas, les gusta tener espacio libre para no estorbarse entre ellos, aunque en mi experiencia debo decir que hay algunas excepciones que pueden convivir en suelo pobre y bastante agrupados.

Continuemos nuestra lección: todos los buenos libros que pude leer, la mayoría de ellos de Maestros ingleses, y algunos de autores franceses, recomiendan colocar en el fondo del agujero harina de huesos y sangre seca. Yo no las he podido encontrar nunca en esta zona, así que utilizo huesos enteros, de los que encuentro por el monte o compro en las carnicerías. Además, siguiendo una antigua costumbre de los hortelanos, entierro restos de lana - sean prendas viejas o restos de lana de tejer - y trozos de cuero (aprovechen los zapatos viejos). La razón de esto no la conozco pero parece ser que, al igual que la harina de huesos, van liberando lentamente sales minerales que a los rosales les convienen. A mí me funciona muy bien.

Por encima de estos "suplementos" ya podemos volver a introducir la tierra fértil, la del primer montón que habíamos reservado, mezclándola con una cantidad equivalente de compost a la que se le puede añadir 40 gramos de superfosfato de potasio. Seguramente esta mezcla no será suficiente para rellenar totalmente el agujero, ya que hemos retirado un montón de tierra pobre que continúa apartada y que será la que utilizaremos al final para terminar de rellenar el agujero.

Punto importante: a menos que se pueda comprar una mezcla de tierra y compost de muy buena calidad, que a menudo resulta difícil de encontrar y siempre muy cara, hay que preparar el compost. Yo no me complico mucho; a principios de noviembre amontono todos los restos de hojas de los árboles, los restos de césped y algunos periódicos (no revistas, que suelen tener tintes tóxicos). Compro abono de caballo y se lo echo por encima. Cubro con hojas para que no de mal olor, lo riego abundantemente y tapo todo con un plástico negro con algunos agujeros. En enero retiro el plástico y compro dos sacos de cal agrícola (Calfensa o similar), se lo añado y remuevo un poco, volviendo a cubrirlo. En el mes de abril estará listo, aunque para rellenar los agujeros de plantación prefiero utilizar siempre el compost más antiguo de que disponga, utilizando los restos del año anterior.

Además será necesario disponer de una pequeña cantidad de tierra de buena calidad, que no esté mezclada con ningún tipo de abono, con la cual recubriremos las raíces del rosal a fin de que no estén en contacto directo con el fertilizante, que resultaría perjudicial. Puede ser una buena tierra de huerta o alguna de las que se compran en sacos, de la mejor calidad posible.

En la siguiente entrada del blog hablaré de la manera de plantar el rosal y de rellenar el agujero.

jueves, 15 de enero de 2009

Las rosas más agradecidas de mi jardín

Por si le puede interesar a los aficionados que tengan su jardín en Galicia, en la media montaña, como es mi caso. La más sana, que no da ningun problema, es sin duda la Rugosa Hansa, un arbusto de un metro sesenta de alto y casi lo mismo de ancho. Las flores son muy perfumadas y de un color magenta muy luminoso.

Gertrude Jekill es un rosal inglés al que no le encuentro defecto alguno.

General Schablikine es hermoso y muy sano.

Gruss An Aachen, hermosísimo y resistente a las lluvias.

Cornelia y Felicia son unos maravillosos arbustos, las corolas no muy grandes tienen magníficos tonos entre amarillo y rosa, cambiantes con la hora más o menos luminosa del día. Buff Beauty, fuerte y sana, plantada en grupo con las dos anteriores hacen un conjunto hermoso.

Una trepadora que aconsejo muy especialmente es Cecile Bruner.

domingo, 11 de enero de 2009

Algunas fotos de mi jardín





Este diario es un homenaje...















Este diario pretende ser un homenaje a mi primer libro de jardinería "Mis flores y mi jardín" - y a su autora: Magda Ródenas.

Me gustaría cambiar impresiones con otras personas aficionadas a la jardinería, especialmente a las rosas.


Tras muchos años, errores y esfuerzos, y con una climatología no muy favorable - vivo en Galicia - he conseguido tener un jardín maravilloso.

No todos los días igualmente bello, pero algunos... casi perfecto